Corresponde al consumo de alcohol y drogas, en adolescentes menores de 20 años, que si bien no cumple todos los criterios formales para ser declarado como una dependencia, SI genera repercusiones importantes a nivel psicosocial del (la) joven (relaciones interpersonales, familiares, rendimiento académico, alteraciones en la esfera conductual, entre otras) y requiere de un tratamiento psicoterapéutico no solo para dar solución a la sintomatología actual, sino también a fin de prevenir futura drogodependencia y alcoholismo, así como otras psicopatologías.